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Reto 3. Hoja de ruta: Bocetos

Hoja de ruta. Escultura, procesos e intervenciones en el paisaje

Reto 3. Hoja de ruta: Bocetos

Tras la exploración de la dimensión estética del paisaje (Izaguirre, 2010), llevada a cabo en la primera parte de este reto, he podido reflexionar sobre la difícil relación entre una gestión sostenible de la biomasa y la preservación del entorno natural.

Ambas opciones conllevan una antropización del medio, bien a través del impacto visible en el primer caso, bien a través de la estetización del paisaje como concepto, o incluso si se quiere, como realidad separada: el paisaje como idea y como vivencia emerge cuando nos trasladamos físicamente a un lugar distinto del que habitamos normalmente.

Gracias a la realización de la cartografía subjetiva he podido comprobar que, efectivamente, nuestra relación con la naturaleza se establece a través de un marco cultural que nos impide mirar la naturaleza “con sus propios ojos”.

Dicho de otro modo, es prácticamente imposible esquivar ese punto de conexión que nos une a la naturaleza como espectadores, antes que como sujetos inmersos en el centro del “objeto” de apreciación (Izaguirre, 2010). Por no hablar de la dificultad que entraña no caer en “los postulados esencialistas de la naturaleza” (Lozano, 2019), para lo que es necesario tener una perspectiva ecosistémica, a la vez relacional e integradora.

Por lo tanto, la aproximación a este reto desde un enfoque poético y afectivo me ha facilitado la desterritorialización de la práctica escultórica, dejándome llevar por los efectos emocionales provocados por el entorno.

LA PROPUESTA

Con el objetivo de conectar forma, materialización y significación en una propuesta site-specific, he optado por plantear una intervención reparadora, jugando con dos de las estrategias propuestas por la actividad (lleno y vacío, ritual). La intervención propuesta se presenta como sanadora o reparadora en dos sentidos:

  • Por un lado, como llamada de atención sobre la debilitación de la masa forestal a causa del cambio climático (fenómenos meteorológicos extremos), pero también por la acción del ser humano mediante las talas o podas indiscriminadas que convierten a los árboles en más vulnerables ante bacterias, hongos e insectos.
  • Por otro lado, como acto de comunión entre la montaña y el mar, representando esos procesos de transformación que menciono en la cartografía subjetiva, relacionados con los ciclos de la lluvia y la erosión natural.

Para ello utilizaré materiales orgánicos y efímeros con el objetivo de minimizar la huella de mi intervención en el entorno. Concretamente usaré la arcilla roja como material principal y un licuado de col lombarda como tinte natural. Ambos ingredientes poseen cualidades curativas que refuerzan el simbolismo de la acción.

La intervención se justifica como la sanación de una herida realizada por el ser humano, ejercida desde la violencia sobre el medio.

Desde una perspectiva ecofeminista, la propuesta se basa en la restauración de un tronco seccionado, eligiendo la tintura morada por su simbolismo, pero también para delimitar la intervención, como se aconseja en los procesos de restauración escultórica o arquitectónica.

La forma elegida es la onda como transmisora de energía y como evocación formal a los procesos de erosión que conectan el mar con las montañas. La ubicación del tronco junto al sendero, servirá también para darle a la intervención un carácter referencial, señalando la dirección en la que fluye el agua de la lluvia en su camino hacia el mar.

 

BIBLIOGRAFÍA:

Izaguirre, Aitor (2010). Teoría estética y ambiente natural: una aproximación. En: Zehar: revista de Arteleku-ko aldizkaria [en línea]. Núme. 67, 2010. Disponible en: https://artxibo.arteleku.net/es/islandora/object/arteleku%3A6107.

Lozano, Lorena (2019). Land art, ecología, paisaje y lo orgánico. Barcelona: FUOC, 2019.

Debate3en Reto 3. Hoja de ruta: Bocetos

  1. Victor Masferrer Anglada says:

    Hola Sergio,

    es interesante todo lo que comentas, así como la idea de una intervención mínima, en consonancia con lo planteado. Podrías investigar, en jardinería y horticultura, los procesos que se utilizan para «cura de heridas o cortes » de árboles. Muchas veces se hacen emplastos con diferentes materiales, como cera de abeja, que pueden cobrar aquí un sentido.

    También, por lo que mencionas, quizá se podrían realizar una serie de landmarks  de la herida. No solo centrarse en uno, sinó generar un recorrido, señalar ese camino de heridas abiertas, de «árboles mal podados», sujetos a plagas… Investigando diferentes maneras «efímeras de señalar eso.

    Otra cosa interesante puede ser llevarte una impresión de esas marcas, de esas heridas, como forma de documentación. Es decir, realizar algun tipo de impresión de esas «zonas abiertas»m descarnadas, para generar posibiliades visuales. Un poco como las impresiones de @sapwoodworking pero con elementos naturales y más efímeros (col, remolacha…) .

    Se te abre un campo de investigación.

    Quedo a tu disposición para cualquier consulta. Un saludo y muchos ánimos con el reto.

     

  2. Carmen Parrilla Romero says:

    Hola Sergio,

    La propuesta de Victor de extender tu intervención a un itinerario más largo me parece muy pertinente. Leyendo tu propuesta y viendo la cartografía subjetiva me ha venido a la cabeza Chillida. Su obra es un ritual que nos habla de un itinerario vital. En el museo Chillida-Leku las obras al aire libre se acomodan intencionalmente como un ritual y marcan varios itinerarios, evocando la relación camino-vida. Tu concepto añade además la vertiente ecológica para preservar la vida. Aquí te dejo la web del museo y un artículo que profundiza más en su obra.

    A nivel técnico, también podrías revisar la obra de Cristophe Guinet que desafían al expectador para hacernos reflexionar sobre la naturaleza y denunciar los excesos de nuestra sociedad. Este artista utiliza yeso recubierto con madera para modelar troncos de formas inverosímiles.

    Suerte con tu proyecto!

    Carmen

  3. Cristina García Cao says:

    Hola Sergio

    Me parece muy poética tu idea. Coincido con las ideas de Víctor en cuanto a esto. También me ha fascinado tu cartografía, es como una ruta de heridas, entonces si te decantas por la otra opción que se te sugiere ¿qué escultura crear para poder mostrar ese recorrido? Pienso que puede ser otra opción como dicen los demás comentarios, ya que además puedes relacionarlo con el mar debido al entorno mismo del lugar. El ritual del que habla Carmen es muy interesante, aunque más que un ritual camino-vida, debería ser un camino-muerte debido a la destrucción de los naturaleza por las «acciones ritualísticas» integradas en esa sociedad.

    Después, si quieres unirlo al movimiento feminista, una idea puede ser relacionar la escultura con el concepto Madre Tierra o la relación que pueda tener el entorno con las mujeres de la zona, seguramente con las más ancianas. En los lugares pequeños el conocimiento alternativo con la naturaleza suele estar más arraigado, sobre todo en gente mayor. Además, seguramente tenga información de cómo era la zona cuando eran jóvenes y puedes ver qué ha cambiado y puedes utilizarlo.

    Saludos y mucho ánimo

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